Desde Los Angeles: Yo hice el primer Platino de Bayonetta 2

He pecado. Mucho antes de que se confirmase el multijugador de Bayonetta 2, yo ya había hecho una promesa: si el juego no era para un jugador al cien por cien, ni lo probaría. Me desentendería por completo de él. Ni una demo, ni un hands on previo, ni una catadiña en casa de un amigo. Esa era mi apuesta por el always offline.

Lo primero que he jugado en este E3, un rato después de que se confirmase su multijugador, ha sido Bayonetta 2.

Teniendo en cuenta que con Bayonetta PlatinumGames ya habían hecho el mejor juego de la historia (Dato Objetivo™ por confirmar), con la segunda parte lo tenían tan fácil como difícil: la parte fácil era hacer exactamente lo mismo (¿a quién le puede molestar que haya dos mejores juegos de la historia?) y la parte difícil era seguir la fórmula otra vez de una manera tan precisa. Si la demo que acabo de jugar, de algo menos de 10 minutos para cualquiera que no sea un paquete (antes de mi turno vi dos partidas de unos 20 minutos), puede servir de guía para algo, parece que estamos exactamente ante lo que todos esperábamos de Bayonetta 2: más y mejor de lo mismo.

La primera parte de la demo no dejan lugar a dudas: parece una declaración de intenciones que los primeros ángeles con los que luchamos (una suerte de centauros de oro y zafiro) nos reciban mientras estamos volando a toda velocidad por entre los rascacielos de Nueva York, una toma de contacto que no podría dejar mejor sabor de boca. Salvando la incomodidad de tener los botones algo cambiados (el botón X está en la posición que ocuparía el Y en el mando de Xbox, y la patada se hace con A, que equivale en el GamePad al B de 360), el combate es exactamente lo que necesitábamos: mismo ritmo frenético, mismos combos delirantes, mismo sistema de esquive con tiempo bruja y recompensas al buen jugador. Esta vez no sólo tenemos los castigos y las torturas (que están ahí, y el nivel no ha bajado: una trituradora de centauros y una jaula-guillotina en la que decapitamos a los enemigos mientras les fustigamos con un látigo son sólo los dos que he podido ver), sino que también podemos activar, pulsando L cuando hemos acumulado suficiente energía, un modo en el que los ataques demoníacos con los que acaban algunos combos y con los que acabábamos en el primero con los distintos tipos de jefes pasan a ser el estándar. Como podéis imaginar, además de las ventajas en el ataque también se activa un espectáculo visual de primera, con estelas exageradísimas y bestias demoniacas que llegan para rematar los combos con un plus de fuegos de artificio.

Cuando conseguí mi Platino en la demo (que estaba en dificultad Normal, así que no biggie), los azafatos de Nintendo me dijeron que era el primero del E3. Quiero pensar que fue así. Lo importante es que con Bayonetta 2 he tenido la misma sensación de estar ante un monumento al videojuego más puro, más concentrado, más excesivo que con el primero. Es pronto para ver cómo afecta, o no afecta, la experiencia multijugador a los que queramos jugar solos; es pronto para ver cómo van los controles táctiles, totalmente opcionales e, imagino, por completo olvidables. Es pronto para decir qué juego va a ser el mejor de la feria (¿y quizá del año que viene?), pero mucho hace falta para que alguien consiga superar a PlatinumGames y Bayonetta 2.