Bossa Studios cancela Decksplash después de su beta abierta

Los británicos de Bossa Studios se están haciendo famosos por ser uno de los ejemplos más vistosos de la nueva tendencia en el mundo del empresariado indie: lanzaron juegos cómicos como Surgeon Simulator o I Am Bread y están utilizando los beneficios para convertirse en distribuidora y sacar adelante proyectos un poco más ambiciosos de otros desarrolladores o incluso de su propio equipo. Decksplash era de estos últimos y, por el tráiler que se mostró hace unos meses, tenía un aspecto la mar de sugerente: una mezcla de I Am Bread, Tony Hawk y Splatoon en la que controlábamos un monopatín personalizable y debíamos recorrer circuitos de skateboarding haciendo truquitos en los salientes y las barandillas, enlazar combos y también llenar el suelo de pintura para ir ganando terreno respecto a las adversarios, con un sistema de combate territorial parecido al del shooter moluscular de Nintendo. Tenía buen aspecto, insisto, en pasado: Bossa acaba de cancelarlo de manera fulminante. No sería noticia la cancelación de un indie del que aquí ni siquiera habíamos hablado si no fuese por las formas: este fin de semana la compañía lanzó la beta abierta de Decksplash con toda la ilusión y se puso como meta alcanzar los 100.000 jugadores. Parece ser que era algo más que una estimación optimista, era un objetivo obligatorio, pero al no alcanzarlo sus responsables han concluido que no había garantías de mantener una comunidad suficientemente nutrida y que ni siquiera el matchmaking funcionaría como debe con los números que manejaban, así que con todo el dolor de su corazón han puesto Decksplash a dormir. Hace unas semanas Clifford Bleszinski rechazaba darse por vencido con Lawbreakers, asegurando que era cuestión de aguantar un poco más para aumentar el número de jugadores concurrentes (que en esos momentos estaba en unos impactantes 10 jugadores) para hacer crecer la comunidad. En Bossa, por el contrario, parecen haber tomado el camino opuesto: afirman que prefieren dar carpetazo a Decksplash para que el equipo tenga la sensación de que ha pasado página y dedicar sus esfuerzos a otro proyecto en el que puedan aplicar las lecciones aprendidas en este fracaso prenatal de su juego. Tiene sentido, desde luego.