Alguien se aproxima a la guarida de los ninjas

Super Mes Mini #22: The Legend of the Mystical Ninja

Super Mes Mini #22: The Legend of the Mystical Ninja

1991. El boom de las consolas arrancaba en España y los chavales que ya teníamos una no contábamos aún con revistas especializadas. Algunas cabeceras como la ilustre Micromanía o Megaocio ya habían empezado a incluir secciones dedicadas a ellas, aunque el panorama era francamente desolador, al menos hasta la aparición de Hobby Consolas en octubre de aquel año. Nos podía el ansia, y esto nos llevaba a la búsqueda y captura de revistas inglesas, disponibles, en mi caso, en los kioskos del centro de Madrid. Mi favorita, Mean Machines, analizó en su número 13 (octubre de 1991) un juego que llamó poderosamente mi atención. Jaz Rignall y sus compañeros lo bautizaron como Goeman Warrior, y le dieron un generoso 92% de nota, a pesar de estar completamente en japonés. Las pantallas de aquella review me hipnotizaron. En particular una que mostraba al héroe dentro de una carpa, en pleno festival de danza folclórica. Aquel cartucho de Super Famicom, conocido originalmente como Ganbare Goemon: Yukihime Kyushutsu Emaki, parecía destinado a no salir jamás de Japón, como tantos otros, pero a veces los milagros existen.

Konami USA estaba desesperada por sumar más títulos a su catálogo de Super Nintendo. La consola se estaba vendiendo como churros, y volvieron la vista, por primera vez, a la ya por entonces nutrida saga de Ganbare Goemon. Las andanzas de este personaje habían arrancado en 1986, con una recreativa llamada Mr. Goemon de estética inequívocamente japonesa (inspirada en los grabados Ukiyo-e). Ni esta placa ni el Ganbare Goemon! Karakuri Douchu de Famicom (lanzado aquel mismo 1986) llegaron a ver la luz en Occidente, al igual que el juego de MSX2 de 1987 y las otras tres entregas para la consola de 8 bits de Nintendo, la última de las cuales se lanzó en 1992.

Alguien en Konami USA, bendito sea, decidió que aquel cartucho de Super Famicom poseía el suficiente encanto como para atraer al usuario yanqui, a pesar de su exótica ambientación. Eso sí: antes de ponerlo en las tiendas, en febrero de 1992, lo rebautizaron como The Legend of the Mystical Ninja y cambiaron los nombres de sus dos protagonistas. Goemon (inspirado originalmente en Ishikawa Goemon, una suerte de Robin Hood del Japón del S. XVI) y su inseparable Ebisumaru pasarían a ser Kid Ying y Dr. Yang. Con un par.

Super Mes Mini #22: The Legend of the Mystical Ninja

Por fortuna, ahí acabó la «occidentalización» de un juego en el que el folclore japonés se fusiona con anacronismos delirantes. Cada una de los capítulos de Mystical Ninja se divide en dos segmentos bien diferenciados. El primero tiene como base la exploración, y nos invita a recorrer diferentes localizaciones (un pueblo, una ciudad, la montaña, un parque de atracciones, una prisión…) al más puro estilo Kunio/Street Gangs: zumbando a los paisanos mientras entramos en casas y comercios, charlando con sus propietarios en busca de pistas y objetos. Nuestro objetivo es localizar la puerta de entrada al segundo segmento, totalmente enfocado a la acción y el plataformeo, que siempre culmina con el enfrentamiento contra el jefazo final de turno.

Super Mes Mini #22: The Legend of the Mystical NinjaLas fases de acción son sin duda lo más espectacular del juego, con hermosos escenarios que incluso llegan a rotar (a lo Super Castlevania IV) y jefazos increíbles (mención especial para la cabeza gigante y el duelo sobre una cometa con Modo 7). Pero es en los segmentos de exploración donde Mystical Ninja acaba por conquistarte. Cada casa, comercio, celda o cueva siempre depara una sorpresa. Empezando por la anacrónica agencia de viajes que hay en todos los capítulos (donde se obtiene el password de ¡31 caracteres! para retomar la partida otro día), posadas y saunas donde nos tratarán mejor o peor dependiendo de los yenes que decidamos gastar y terminando por un auténtico festín de minijuegos para uno o dos jugadores.

En el Japón feudal de Mystical Ninja hay un Game Center con un televisor gigante que nos permite jugar al primer nivel de Gradius, a un hockey para dos jugadores o a una suerte de Breakout en el que la pala tiene la forma de una de las naves de Quarth/Black Hole (otro clásico de la casa). En la oficina de colocación no encontramos empleo, pero sí tres minijuegos (Paint, Goblin y Mole; sí, el mítico «casca-topos»), tan sencillos como divertidos. También podemos participar en un concurso de televisión, o probar nuestra fortuna con los dados, la lotería y apostar en las carreras hípicas (con diminutos y entrañables caballitos). Todo con el objetivo de engordar nuestra cuenta corriente. Un dinero que no solo sirve para comprar objetos y comida. Los yenes también pueden usarse como arma, en forma de proyectiles con los que zurrar a distancia tanto a enemigos corrientes como a jefazos. El Goemon «real» robaba a los ricos para repartir el dinero entre los pobres; el de Konami es igual de desprendido, aunque arroja las monedas…con demasiada fuerza.

Todos estos ingredientes, aderezados con un maravilloso sentido del humor (Goemon/Kid Ying tenía una magia especial con la que podíamos cabalgar ¡sobre un tigre de esparto!), hacían de The Legend of the Mystical Ninja una absoluta rareza dentro del catálogo occidental de Super Nintendo. No tenemos cifras de ventas (solo de Japón, donde se colocaron casi medio millón de unidades), pero sospechamos que el cartucho no debió vender demasiado bien en Estados Unidos. Ni en Europa, donde llegó en 1994, demasiado tarde, con una distribución muy limitada.

Las tres siguientes aventuras de Goemon para Super Famicom jamás saldrían de Japón (a pesar de su extraordinaria calidad), aunque el personaje sí visitaría las Game Boy europeas en 1998 con Mystical Ninja Starring Goemon (un auténtico bodrio perpetrado por la siempre incompetente KCE Nagoya) y dentro del Konami GB Collection Vol 3 (un recopilatorio lanzado en el 2000 que incorporaba el Ganbare Goemon: Sarawareta Ebisumaru!, de 1991).

Curiosamente, de nuevo fue la necesidad la que impulsó a Konami USA a volver a poner sus ojos en Goemon, en este caso debido a la aparición de Nintendo 64. Comercializado en Europa en abril de 1998, Mystical Ninja Starring Goemon podría catalogarse como la respuesta cómica del alabado Ocarina of Time: una fabulosa aventura 3D que pasaría a la historia, entre otras cosas, por la inolvidable aparición del mecha Impact, con un temazo cantado (gracias a los 128 megabits del cartucho) al más puro estilo Mazinger Z.

The Legend of the Mystical Ninja es el reflejo de una Konami que jamás volverá. Una compañía que derrochaba audacia, talento y mucho sentido del humor, capaz de traer a Occidente (aunque fuera por necesidad) marcianadas tan maravillosas como esta. Poco o nada queda de aquella Konami, pero siempre tendremos el consuelo de echar la vista atrás para recrearnos en aquel Japón feudal en el que dos proscritos podían enfrentarse a tengus, ninjas y demonios amantes del kabuki tras echarse una partidita al Gradius.

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Redactor
  1. Diegodc

    Me ha gustado mucho el texto, Bruno.
    The legend of the Mystical Ninja es uno de esos juegos en los que tengo verdaderas ganas de sumergirme. Lo he jugado muchas veces, muchos ratos, en una experiencia que se dilata a lo largo de los años, pero nunca me lo he hecho de principio a fin.

    Mystical Ninja: Starring Goemon (N64) sigue siendo uno de mis juegos favoritos de la consola de Nintendo y como bien dices, representa a una Konami que ni esta ni se la espera, por desgracia para cualquiera que viviese sus años fuertes.

    Por cierto… No se si lo dices de cara al jugador actual, en el que las fechas ya carecen de sentido pero Mystical Ninja es anterior a Ocarina of time.

    «The Legend of the Mystical Ninja es el reflejo de una Konami que jamás volverá. Una compañía que derrochaba audacia, talento y mucho sentido del humor, capaz de traer a Occidente (aunque fuera por necesidad) marcianadas tan maravillosas como esta. Poco o nada queda de aquella Konami, pero siempre tendremos el consuelo de echar la vista atrás para recrearnos en aquel Japón feudal en el que dos proscritos podían enfrentarse a tengus, ninjas y demonios amantes del kabuki tras echarse una partidita al Gradius.»
    -Tristeza maxima.

  2. Tinyturrets

    … la inolvidable aparición del mecha Impact, con un temazo cantado (gracias a los 128 megabits del cartucho) al más puro estilo Mazinger Z.

    Madre mía lo que nos reíamos mi hermano y yo con la intro del Impact. El Robot Torero lo llamábamos.

  3. nelo

    Ahora mismo no estoy seguro de si este salía en nuestra versión de la consola mini o no. En caso de que sea un no (que creo que es así)… no veo el momento de que la crackeen para convertirla en el emulador definitivo de snes.
    Risas.

    Pd: el Mystical Ninja de 64 era GLORIOSO.

  4. Majin

    @nelo

    Creo que tanto éste como el Fire Emblem no salen en las Snes mini europeas, porque creo recordar que eran 20 juegos en total (más Starfox 2) y éste Goemon es el 22.

  5. nelo

    @majinantonio

    Eso me temía, gracias por la aclaración (si lo hubiera visto en las listas cuando las miré me hubiese llevado una notable alegría -a mayores- que no recuerdo haber vivido…).

    ¿sabeis si emulatronia sigue funcionando? xD

  6. SavageSteak

    Que vicio a este juego y a los tres siguientes. El humor era de lo mejor.

  7. kachorro

    Versión propia: Los minijuegos eran la caña.
    Versión Anait: Mystical Ninja nos habla del metajuego, videojuegos dentro del videojuego.
    Versión Meristation: Es japonés, como Dragon Ball.

  8. DarkCoolEdge

    Qué gustico da leer a Bruno por estos lares :3

  9. HAYATO

    Para mi gusto, el mejor de la saga siempre será Ganbare Goemon 2 de SNES. Al estar enfocado enteramente a la acción, el idioma no presenta una barrera tan grande como en otras entregas, y además sus mecánicas, animaciones y dirección de arte lo convierten en toda una delicia para los sentidos.

    Es probable que la Konami con la que crecimos no vuelva jamás pero, con semejante legado a sus espaldas, ni falta que hace…

  10. KNT

    Cómo ha cambiado Konami, la virgen. Esta franquicia siempre ha derrochado carácter y humor, y ahora se ve relegada a ser carne de pachinko 🙁

  11. Miguel Vallés

    No conocía este juego y ahora lo quiero jugar, parece LO BONITO.