Trío de arcades

Rondita de Reseñas (VII): 3D Thunder Blade, Rocket League, Vortex Attack

Rondita de Reseñas (I)

En el ajetreado día a día del crítico de videojuegos, hay algunos juegos a los que es difícil dedicarles las mismas líneas que al resto. Sin embargo, por aquí jugamos a muchas cosas de las que nos gustaría hablar pero que se nos acaban escapando; para enmendar ese disparate, en estas Ronditas de Reseñas haremos críticas más breves, pero igual de rigurosas, de aquellos juegos que por hache o por be no nos entran en otro sitio. Un popurrí de nuevos lanzamientos, reediciones, juegos más antiguos… Aquí vale todo, o casi.


3D Thunder Blade | por chiconuclear

«¿Recibisteis algún email en M2 de los fans pidiendo Thunder Blade?», pregunta Yosuke Okunari en la, como es habitual, imprescindible entrevista con la que el blog de Sega repasa la conversión para 3DS del juego de 1987. «Ningún mail», responde Naoki Horii, «pero siempre que mencionaba Thunder Blade en Twitter, la gente contestaba». 3D Thunder Blade es un reto técnico; un desafío personal que ha acabado saliendo en la eShop, a pesar de que, en realidad, palidece cuando lo comparamos con otros juegos de la colección de clásicos de Sega para la portátil de Nintendo.

OutRun y After Burner, que simulan las tres dimensiones de una forma parecida a Thunder Blade, han resistido mucho mejor el paso del tiempo que el pobre juego de los helicópteros, impactante en su versión para recreativas por su aparatosa cabina móvil y los movimientos que el jugador tenía que hacer para seguir lo que ocurría en la pantalla. Puede que Thunder Blade intentara hacer más cosas de las que su año de nacimiento le permitían: la detección de colisiones falla más de lo que puede permitirse, el ritmo de la acción es lento y la duración total del juego es corta, de nuevo sin demasiada justificación; la sensación de progresión de una partida a otra que sí existe en, de nuevo, OutRun o After Burner es aquí menos pronunciada, en parte porque el margen de mejora que tenemos no depende, a menudo, de nosotros, sino de nuestra suerte al sortear los fallos de la detección de colisiones o al convivir con unas normas menos claras de la cuenta.

Cuenta Naoki Horii que en M2 trabajaron en esta nueva versión de Thunder Blade en los ratos libres. Según cuenta, desde que empezaron con el proyecto de los 3D Classics han tenido Thunder Blade en mente por cómo se veía, pero nunca llegaron a darle el último empujón hasta que les faltaban dos juegos para la segunda remesa y tuvieron que decidir cuáles hacer. Thunder Blade no es el mejor juego de Sega, ni está entre los mejores que se pueden encontrar en los 3D Classics; el cariño y la dedicación con que M2 lo tratan (se nota en cada rincón del juego, desde las opciones hasta los nuevos modos) sí está a la altura de lo que hemos llegado a esperar de ellos, por fortuna, y me resulta imposible no quitarme el sombrero ante ellos. Con poder decir esto de todo el mundo me bastaría[5]

Desarrolla: M2
Distribuye: Sega
Plataformas: Nintendo 3DS
Lanzamiento: 14 de mayo de 2015

Rocket League | por pinjed

La primera vez que un amigo me dijo que comía bocadillos de queso fundido y mayonesa casi me estallan las meninges. El choque conceptual me dejó temblando, y el obligatorio paso por la sensación de asco al imaginarme tal mezcla fue transitorio, fugaz, dejando paso a una curiosidad que se volvió obsesiva, rayana en lo mórbido, a medida que avanzó la tarde. Finalmente lo probé y me gustó, pero no tanto como para incorporarlo a mis meriendas. Era más la idea de aquel cóctel insólito lo que me me sacó del raíl presuntuoso, arrogante y poco impresionable que guiaba mi vida de hijo único y un poco impertinente. “¿Por qué no se me ocurrió antes?” era el mantra que mecía mi asombro, y hace unas semanas sentí la misma sensación cuando me enteré de qué iba Rocket League: fútbol con coches; la madre que me parió.

Por lo visto el asunto no es nuevo: tiene su origen en Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars, un juego de hace siete año que hasta ahora nadie parecía conocer y que parece confirmar esa creencia de que la publicidad es importante y el título también. Una vez con las manos en el mando, Rocket League se aferra a alguna fibra indeterminada de nuestro cerebro, esa que nos proporciona placer cuando vemos dos piezas geométricas encajar, y ya no nos suelta hasta que alguien nos despegue del juego con una espátula. Porque sí, en la experiencia inmediata y frenética de Rocket League todo encaja: la agilidad trepidante con la que circulan los vehículos es muy similar a lo que se siente al controlar un coche teledirigido, el doble salto (que por sí mismo ha tenido siempre algo de placentero, no importa de qué juego se trata) es coherente con las leyes físicas que se nos plantean, el turbo nos permite chutar el balón con potencia o llegar a un remate desde el otro extremo del campo, la velocidad y la altura a las que bota la pelota está perfectamente equilibrada para dominar el ritmo de la partida y provocar variaciones y situaciones imprevisibles, el diseño redondeado de los bordes del estadio la autoconsciencia y la convicción en lo absurdo y lo hiperbólico (cuando se produce un gol hay una explosión brutal que lanza por los aires a todo el que esté cerca) como forma de humor. Todo funciona, todo aporta, todo es divertido.

Rocket League es un juego redondo, sencillo, pequeño, puro y elemental. Y es más adictivo que la heroína. La sensación que le queda a uno se parece mucho a la de probar uno de esos juegos infantiles como el pilla-pilla, el escondite o la comba: parece mentira que una tontería tan simple se disfrute tanto y de una forma tan universal. Quizá ese sea su secreto: queso, mayonesa y pan. [9]

Desarrolla y distribuye: Psyonix
Plataformas: PS4, PC
Lanzamiento: 7 de julio de 2015

Vortex Attack | por chiconuclear

La primera prueba de Vortex Attack la tiene que pasar nuestro ordenador. Hay que cumplir unos requisitos para poder ver nuestra puntuación reflejada en las tablas de clasificación. Bien.

Lo siguiente es eliminar hordas de enemigos mientras potenciamos nuestro poder de ataque, recogemos los pequeños ítems que nos acercan a destruir el vórtice de cada nivel y, claro, esquivamos las balas que nos intentan hacer picadillo cósmico. De hordas y jefes finales va el juego, y en esa simplicidad está la gracia; también en la manera casi de roguelite que tiene de disponer enemigos, potenciadores y demás objetos en cada partida, y en cómo cada nave se diferencia más allá de ser más o menos rápida o resistente, con acceso a distintos power ups que hacen que la decisión de qué nave usar en cada partida tenga, al menos cuando no sabemos cómo se juega con cada una, un poco más de interés.

Tiene puntos flojos, como el diseño de algunos jefes, una hitbox un poco confusa (no es especialmente fácil lidiar con las nubes de balas más complicadas) o la forma algo irregular en que cada partida coge ritmo, por partir siempre de un inicio, como suele pasarle a muchos shmups, un poco más calmado de la cuenta, que hace un poco difícil ver sus puntos fuertes. Los tiene: algo escondidos bajo un arte tirando a feo que quizá lo haga recomendable solo para los más aficionados al género, los que puedan mirar más allá; quizá sea solo a ellos a los que esté dirigido Vortex Attack, y no al resto. No me parece mal. [7]

Desarrolla: KaleidoGames
Distribuye: KaleidoGames
Plataformas: PC
Lanzamiento: 27 de mayo de 2015

  1. RoNiN

    Llevo mucho tiempo queriendo jugar a Rocket League (me gustan los coches, me gusta el fútbol) pero se me hace rarísimo cuando veo un gameplay…

  2. ChicoZ

    Rocket League se merecía uno en solitario 🙁

  3. alexman85

    Joe llevo leyendo tantas críticas positivas sobre Rocket League y lo que engancha que me estoy dando de cabezazos por haberme ido de viaje un mes y no llevarme la PS4
    Estoy deseando que llegue el día 4 para volver a casa y probarlo.

  4. alexman85

    @nin
    Hombre, como he comentado antes no he podido jugarlo, solo he visto los gameplay de Eurogamer. Pero supongo que una premisa tan sencilla y tan loca (coches teledirigidos jugando al fútbol, WTF!) que engancha, sobretodo jugando con colegas, tiene su encanto.
    Es un indie que encima se ha «regalado» en el plus lo cual hace que seas más receptivo con el juego.

  5. molekiller

    Joder, al Thunderblade jugaba yo en mi Commodore 64…

    El Rocket League es un 9 como una casa, cuanto más juegas y más lo dominas mejor se vuelve.

  6. Jaun

    @wharfinger_kyd
    Rocket League si que está para PC.

    Por cierto, @chiconuclear, en el análisis de Vortex Attack hay un fallito, es «exclusivo» de PC y en plataformas pone WiiU.

  7. Víctor Martínez

    @jaun
    Sí, la lié con todos sus datos al copiar el texto desde el procesador de textos. Arreglado.

  8. raulfepa

    ¿fútbol con coches?
    Yo jugaba a eso en mi amiga 500… Wild Wheels se llamaba:
    http://hol.abime.net/1715

  9. Majin

    Thunder Blade fue de lo primero que probé de la Master System, junto a Akex Kidd y Castle of Illusion. Qué recuerdos

  10. Angel Custodio

    Creo que no me he enganchado tanto a alguna mierda como Rocket League como desde cuando me dio un vicio tremendo e insando por los Palotes.

  11. landman

    Pues será pq todos los ports anteriores de Thunderblade eran malos malísimos que a mi hasta me sorprendió gráficamente, en el escenario con un río en una jungla mi mente llegó a pensar que era un Panzer Dragoon Mini hecho bien xD eso sí, corto corto, los extras aun no los he catado.

  12. Ekeko

    Rocket League es un juegazo como una catedral. Una de las mayores drogas que he visto y la dependencia va aumentando mientras vas aumentado de experiencia.

  13. Dr. Sonic

    @nin dijo:
    Rocket League lo tenéis endiosado y aun no se porque, y menos después de probarlo ayer… no es que sea un truño pero no entiendo que le veis para ponerlo tan subido, yo no pasaria del 7 amarillo mas cerca del 6.

    Estaría Bueno que te lo jugases con amigos ya que allí esta su gracia. 🙄

  14. loskien

    Que buena reseña pinjed. 😆 guarrindongada disfrutable si señor

  15. Gerir

    Todos lo sabemos. Rocket Legue merece un análisis en solitario.