Pintor que pintas iglesias

Painters Guild: historia del arte sin olvidar la diversión

Painters Guild: historia del arte sin olvidar la diversión Hace poco descubríamos Pixel Art Academy, un proyecto educativo que pretendía servir como una suerte de compendio de tutoriales gamificado y social, lleno de misiones, con su propia historia, sus personajes, sus facciones y sus retos semanales, pero siempre centrado en que la progresión del jugador fuese auténtica y útil fuera del juego: que aprendiese realmente el arte de dibujar con píxeles. Hoy os traigo otro proyecto remotamente parecido que también busca, sobre todo lo demás, aumentar el bagaje cultural del jugador sin dejar de lado lo que más a menudo nos mantiene pegados a un videojuego: la diversión. Además de desarrollador de juegos y artista, el autor de Painters Guild da clases de historia en un instituto de Porto Alegre, en Brasil. Lucas Molina a menudo aplica su pasión por la historia a sus juegos, ambientándolos en la Inglaterra medieval o la París del siglo xix, pero en esta ocasión el objetivo de su pequeño proyecto parece mucho más ligado al aprendizaje, la absorción cultural y la inspiración para estudiar que el resto. Painters Guild es un juego de estrategia de gestión simple y directo, algo parecido a la droga dura que Kairosoft bautizó como Game Dev Story, pero centrado en las vicisitudes y peripecias que suceden en una academia de arte del Renacimiento. El juego nos permite elegir entre una de tres academias a lo ancho de Italia, y al principio se trata de realizar encargos artísticos: pintando, mezclando colores y mejorando las habilidades de nuestro personaje. La siguiente fase es empezar a contratar a jóvenes talentos y aceptar trabajos fuera de la academia, como pintar frescos en catedrales por orden del clero o retratar a la nobleza en su hogar, y los tiempos de entrega se van haciendo más cortos. La progresión funciona en tres capas: los personajes aumentan su habilidad y son capaces de pintar cuadros más complejos y más grandes, el edificio se amplía y adquiere zonas nuevas donde aprender técnicas que antes no estábamos equipados para ejercer, y el jugador se adentra en la dinámica contextualizada de una época de la historia muy concreta y derriba ciertas creencias que de algún modo han fraguado nuestra concepción del arte clásico en concreto y de arte en general. Painters Guild: historia del arte sin olvidar la diversión El mejor ejemplo quizá sea la autoría. En Painters Guild podemos quitar a un pintor de su tarea cuando está cansado y colocar a otro en su puesto para que siga trabajando en él, y esto es algo que sucedía muy a menudo en el Renacimiento y que la crítica se ha empeñado en ignorar y emborronar. La importancia de una obra de aquella época está ahora mismo ligada casi exclusivamente al prestigio del autor, a su fama y a la proporción de su personalidad que se volcó en ese cuadro, algo que traiciona la voluntad expresiva, moralista o conmemorativa de la mayoría de obras del Renacimiento. Y en realidad la ayuda de aprendices en grandes pinturas de la historia ha quedado eclipsada para no manchar la autenticidad y el valor económico de la obra según lo entendemos hoy. Painters Guild hace muy bien justamente eso: integrar mecánicas de juego en los conceptos históricos y sociales de la época que retrata, solapar los engranajes que hacen funcionar un buen simulador de gestión con los subrayados de la lección historia de ese día. Es sencillo, pero también adictivo, y sobre todo es educativo. Una serie de rasgos que no siempre coinciden y una unión en la que es muy positivo que haya gente trabajando. Painters Guild está disponible para Windows en Steam por 7,99 euros.
Redactor
  1. morelli

    Fichado para cuando baje de precio.

  2. carlosgargra

    Podrían hacer algo así, pero de ciencias naturales y ya tenía justificación para hacerles jugar a los niños en el colegio. Se lo comentaré a mis compañeros de historia a ver si se atreven a meter algo así en sus programaciones.

  3. Silvani

    Qué bueno. Qué bien me hubiera venido hace años porque yo odiaba la historia del arte, y la historia en general.

  4. Chuso

    Una pena que solo trate la pintura. A ver si vemos entregas de escultura y arquitectura. Especialmente esta última me gustaría mucho.