Operación Flamingo (XVIII)

cabecera-flamingo Qué tal, muchachada. Este domingo el joven Guybrush ha tenido que ausentarse por no sé qué de una tal Interpol que es muy pesada y no deja de acosarle. Le está bien empleado por ir siempre fanfarroneando con su traje italiano a medida y su jodido Roger Dubuis Excalibur de manufactura suiza asomando por la muñeca. Ahora cualquier zorrón con ínfulas se obsesiona con él y ahí le tenéis, huyendo como un conejillo de su madriguera. El caso es que no podíamos dejar que Operación Flamingo estuviera dos semanas seguidas sin aparecer por la portada, así que me ha pedido que hoy me encargue yo. Cuando me ha dicho que tenía libertad absoluta para elegir los juegos, se me ha iluminado la mirada y la alegría ha florecido en mi interior. Desafortunadamente, no hay tantos juegos sobre face fucking como creía, así que tendremos que dejarlo en una temática algo más suave pero igualmente entrañable. Y nunca mejor dicho. Hoy: Devoradores de hombres.

Mad Shark

madshark¿Os habéis preguntado algunas vez cómo se sintió el capitán Quint al ser desgarrado de cintura para abajo por las mandíbulas de un tiburón blanco de ocho metros sobre la cubierta del Orca? Pues en esta ocasión tenéis la oportunidad de poneros al otro lado de la cadena alimenticia e iniciar una masacre de buzos que ni Gabe Newell en un bufet libre. Mención especial a lo gracioso que es cuando no consigues comerte a uno de los submarinistas de una sola dentellada y sigue nadando con medio cuerpo dejando una estela de sangre, como si creyese que va a sobrevivir. Hilarante. | Link.

Ravage

ravageSeguro que, gracias a la sagrada emulación, más de uno se ha pasado unas cuantas horas con aquella pequeña maravilla 2D de la destrucción masiva retro y el componente cabra pixelado que era Rampage. Pues Ravage es una especie de clon que se desarrolla en un planeta extraterrestre, con inocentes extraterrestres comestibles, edificios extraterrestres con ventanicas extraterrestres y, lo mejor de todo a nivel conceptual: jodidos monstruos gigantes extraterrestres devoradores de hombres, algo así como los malos de Power Rangers pero sin cremallera. Terrible, eso sí, la elección musical. | Link.

Cannibal Control

cannibalcontrolJamás un juego en flash trazó como éste el camino que debe seguir la humanidad. Si por un lado el control de población es algo que tarde o temprano tendrá que ponerse en marcha por pura sostenibilidad, y por otro las tribus aborígenes son un patrimonio cultural que va directo hacia su extinción, ¿por qué no solucionar ambos problemas de un sólo plumazo? Lo que propone Cannibal Control es que la población sobrante de esta sociedad decadente sirva de alimento para los pobres caníbales cuyas prácticas injustamente mal vistas por los remilgados tecnócratas del norte han dado al traste con su pueblo y sus ancestrales costumbres. Hasta hoy. | Link.

Monster Evolution

monster-evolutionTras tantos años hablando de la evolución de los organismos, me gustaría saber qué diría Eduard Punset si le pusiéramos a los mandos de este juego que pone la teoría darwiniana al servicio de la locura más extrema y el componente cabra más desquiciado. Partiendo de un bicho de pequeñas dimensiones, debemos zamparnos a todo ser humano o vehículo que se nos ponga por delante hasta alcanzar el número de puntos para evolucionar hacia la siguiente forma del mismo nivel o de uno superior y seguir sembrando el caos. | Link.

Child Eater

child-eaterLos niños, esa jodida plaga bíblica que todo lo destruye, son el principal enemigo y alimento en este juego en el que encarnamos a una planta carnívora parecida a la de La pequeña tienda de los horrores. En este caso, sin embargo, nos saltamos aquello de cantar rock’n’roll y manipular a Rick Moranis, y pasamos directamente a la antropofagia en defensa propia. Porque los niños, que son un poco cabrones, lo que quieren es podar a la plantica, que no se lo ba a poner nada fácil. Bello pero muy repetitivo. | Link.
Redactor
  1. Deus Ex Machina

    Gracias pinjed. Voy a catarlos ahora mismo =)

  2. Opa-Opa

    Perfecto. Ni un sábado sin resaca ni un domingo sin Operación Flamingo.