Operación Flamingo (XIX)

Hola de nuevo, amados lectores. Disculpad mi ausencia. Sé que dos semanas sin mí es mucho tiempo, pero debéis entender que cuando un viejo amigo te llama al teléfono privado de tu mansión en Cerdeña para que formes parte de un operativo secreto internacional organizado con el fin de recuperar un antiguo artefacto sumerio que se halla en poder de una logia secreta de adoradores de Hitler, que planean usarlo para su resurrección, y que tienen los contactos y el poder como para colocarte a ti y a tus compañeros de misión en la lista de los más buscados de la Interpol, bueno, qué puedo decir… Cómo negarme. Sin embargo todo el mundo sabe que no hay fiesta, evento, misión secreta ni situación coyuntural que pueda mantener a un AnaitSir lejos del blog por más de dos semanas. Así que hoy, lectores, vuelvo a vuestro cálido regazo cargado con el primer Operación Flamingo que es una secuela. Hoy, Amor Pixelado (Round 2).

Robot Wants Kitty

Para alcanzar al gatito al que alude el título tendremos que hacernos con todas las mejoras que se hallan repartidas por el escenario. Salto, doble salto, cohetes propulsores, armas láser… Recorreremos el escenario una y otra vez a la par que esas nuevas habilidades nos permiten alcanzar y recorrer nuevos caminos, donde a su vez encontraremos más elementos que nos den acceso, al final, al minino. Parece fácil, pero no lo es. No por nada tenemos vidas infinitas y carecemos de límite de tiempo. | Link.

Blasting Agent

Acción pixelada de la buena. Un viaje en el tiempo de vuelta a nuestros años mozos, cuando jugábamos al Spectrum y Amstrad CPC y todo se reducía a pegar tiros y no dejar ni un solo ítem sin pillar en pantalla. Acaba con los malos mientras recoges oro y power-ups que hacen tu arma más fuerte, rápida y poderosa. Al final de cada fase tendremos que darnos cera con un monstruaco de los gordos. Todo muy oleskul. Satisfactoriamente oleskul, de hecho. | Link.

Amil

Cuando el perro y el gato de uno de sus amigos caen por un pozo, Amil tendrá que usar sus habilidades para rescatarlos y llevarlos de vuelta a la superficie. Con una estructura de «cada pantalla un puzzle», Amil consigue llevar al siguiente nivel los ya trillados puzzles basados en cambiar la dirección de la gravedad al combinarlos con un plataformeo la mar de majo y un control sencillo. Eso sí, no es nada fácil. Comenzamos con treinta vidas y el juego nos irá dando más casi al mismo ritmo que nosotros las vayamos perdiendo. | Link.