Los ninjas están nerviosos

Mes Mini #20: Ninja Gaiden

Mes Mini #19: Ninja Gaiden

Decía Raúl Minchinela en Reflexiones de Repronto que la multiculturalidad es algo que llegó antes a los videoclubs de barrio, el verdadero cine proletario de los ochenta, que a los promotores del mestizaje. Aunque el sentido de multiculturalidad era bien distinto, si es que puede decirse que hay un canon oficial puro sobre el término, la esencia de este tutifruti de cultura troceada se entendía allí en su expresión más folclórica. Un todo revuelto en el que cualquier cosa estaba permitida. Ofender a una cultura carecía de sentido porque en el cine de barrio del VHS se mezclaban churras y merinas culturales con desparpajo carnavalesco. Algo de eso aún queda en el cine contemporáneo, como los San Fermines durante la Feria de Abril en la película de Tom Cruise Day & Knight

Uno no iba al videoclub a alquilar una cinta, sino a visitar un crisol de culturas. La biblioteca de Alejandría. Y como la famosa biblioteca, esa forma de intercambio cultural acabó de la noche a la mañana. Alguien debió de pasar con un magnetizador gigante y dejó al VHS fuera de juego como forma de negocio.

Entre las maravillas persas que estos bazares nos dejaban por precios de escándalo (no recuerdo bien, pero creo que un alquiler estándar rondaba las 350 pesetas, unos 2 euros) estaban las delicias estadounidenses que se querían subir al carro de lo oriental. Por supuesto, el Orientalismo de Edward Said (Pantheon Books, 1978) no tenía lugar aquí pese a que Said podría haber hecho la tesis en el Videoclub 007 de mi barrio. No, qué va; el orientalismo del videoclub era mucho más de andar por casa: karatecas y ninjas. Todavía quedaba lejos Blockbuster y el sistema de alquiler de videojuegos: para entonces ya era un veinteañero. En estos videoclubs de barriada la estantería del porno no se separaba de la del cine de acción: la equivocación (intencionada) estaba servida.

Mes Mini #19: Ninja Gaiden

El cine mainstream tuvo el cuajo de hacer Karate Kid (1984), una película en la que el protagonista era incapaz de hacer un movimiento de kárate como Dios manda (el Dios sintoísta, claro) en 90 minutos. Irónicamente, Karate Kid es ahora una especie de lugar común de la nostalgia. Por otra parte, John Carpenter dirigía la maravillosa Golpe en la Pequeña China (Big Trouble in Little China, 1986). Enter the ninja: esto ya no lo iba a parar nadie. ¿Qué puede ser mejor que unos señores vestidos de colores, a los que solo se les ven los ojos, asesinos silenciosos y expertos en una forma de lucha que alentaba la espectacularidad antes que la eficiencia? Nada. Matar con tus propios puños nunca fue más estético. Ponga un ninja en su vida y todo irá a mejor. Asesinos ninja, ninjas ciegos, motoristas ninjas, monjas ninjas, niños ninja, bailarinas ninja. Y entre toda esta locura ninja aparece Cannon, la infame productora que tenía en su catálogo todas las películas que yo consumía en el videoclub. Un momento: ¿confundí a los ninjas con el folklore chino? En efecto: así estaban las cosas en mi cabeza (y así siguen).

Entre todas las películas de la Cannon destaco Ninja III: La dominación (1984). No había visto las otras dos y la carátula echaba para atrás, pero, ¡qué demonios! (Aún no las he visto y creo que ni siquiera existen. Con la Cannon todo puede ser. Se supone que son las de Ninja Americano… pero eso es otro asunto que no viene al caso.) 

Ninja III trata de una muchacha a la que posee el espíritu de un ninja que habita en una espada para que vaya por ahí matando y vengándose. A todo esto la muchacha baila: muy en la línea de Flashdance, con calentadores rosas, claro. Hay números musicales. Un revuelto de cosas que la convierten en una joya del cine malo que mezcla ninjas, posesiones infernales, sexo horny-trash de baja calidad y no sé qué más. Para el resto del mundo esta era otra película de ninjas; para mí fue la primera. Sabía que me habían tomado el pelo, como ocurrió con tantas cosas a lo largo de mi vida. Lo que estaba bien claro es que el ninja había llegado para quedarse en el imaginario colectivo como una figura destacada. Los videojuegos fueron los que mejor partido le sacaron.

Nunca tuve una Nintendo. Mi primer recuerdo de Ninja Gaiden fue su versión de recreativa, mucho más colorida y agradable a la vista. Las dos salieron en 1988; me imagino que yo las vería sobre el 1990. Eso sí eran ninjas y no lo de Ninja III. En llegar al Ninja Gaiden de NES (ya con su nombre estadounidense; el original es algo así como “La leyenda de la espada dragón ninja”, y en Europa se le conoció también como Shadow Warrior) he tardado muchos más años. Un detalle de autenticidad ninja: tiraba estrellas. Advierto de que el tecnicismo shuriken, propio de otaku y entendido en la materia, aún no se decía. Incluso si lo hubiera sabido lo hubiese callado, porque seguramente mis amigos me habrían pegado muy fuerte, por listo.

Encuentro en Ninja Gaiden un fármaco contra la nostalgia de la memoria escacharrada. Los ochenta fueron muchas cosas, sí, pero también una época de sinsentidos absoluto. Hay gente que dice sentir nostalgia incluso aunque no había nacido en los ochenta (generando un contrasentido en la palabra “nostalgia”: no se puede tener nostalgia de algo de lo que no se ha tenido experiencia). El mundo estaba loco por aquel entonces. Cuando se amenazaba con la guerra atómica se hablaba en serio: si enseñabas una bomba nuclear era para usarla; si no, mejor no sacarla. Estaba tan loco el mundo que se decía de Margaret Thatcher que era feminista, de Ronald Reagan que era anarcosindicalista, de Mijaíl Gobavachev que era un hombre de estado y sobre Pinochet que era el amigo de occidente en América del Sur. También estaban Los Goonies, que venían a refrendar la lógica del capitalismo desde una posición complaciente, pero esa es otra cuestión.

Mes Mini #19: Ninja Gaiden

Las cosas se mezclaban sin razón aparente y de ese desparpajo salían cosas interesantes que se hacían “en serio”. Esa distancia irónica del postmoderno de nuestros tiempos no existía como tal: se mezclaba no por actitud camp, sino porque las cosas podían ser de cualquier manera, porque nada importaba excepto la idea de espectáculo. En ese sentido lúdico fue una época maravillosa. Cuando alguien ve Abraham Lincoln Cazavampiros, ese es otro postmodernismo bien diferente, más del mundo post 11S. Uno resabiado. Supongo que los libros sobre la “lógica del capitalismo avanzado” no estaban en la cabecera de Atari, Taito o compañía. Sin embargo, gente como los jefazos de la Cannon llevaban en la sangre esa lógica. La mezcla folklórica de los elementos históricos y culturales con una finalidad comercial (aunque también lúdica) estaban perfectamente asumidos. Por esta razón, mujeres ninja bailarinas poseídas. Por eso, Ninja Gaiden.

Mes Mini #19: Ninja Gaiden

Un ninja (tú) busca venganza porque su padre (otro ninja; se ve que era una tradición familiar) fue asesinado en una lucha ninja. Hay una espada mitológica de por medio y un camino del héroe a recorrer que comienza en las calles de una urbe y pasa por junglas, montañas y demás parafernalia que remite a un camino de ascensión, reverso oscuro del descenso a los infiernos. Durante la búsqueda de satisfacción el ninja se va enfrentado a todo lo que se cruza. Si ya podría parecer un poco locura el planteamiento del ninja urbanita que busca venganza, los enemigos que debe enfrentar dan cuenta de la delicia de gourmet del absurdo con la que podemos echar unas horas de diversión. Apunto solo unos cuantos: pájaros, ratas, ninjas que gatean como perretes, ninjas normales, boxeadores, samuráis, señoras mayores que tiran cuchillos, matones de bar, demonios, águilas, soldados… Golpéalos a todos porque ninguno quiere algo bueno para ti. La espada de tu padre está ahí, llamándote como los cantos de sirena que Ulises se atrevió a escuchar para evitarles el suplicio a su tripulación. Por supuesto, Ninja Gaiden no era una excepción en este sentido de mezcolanza multicultural de elementos a golpear, sino la norma.

Las cutscenes entre niveles desarrollaban una trama en la que había tensión sexual no resuelta, un síndrome de Edipo mal dirigido (deseos fálicos de por medio), una narrativa efectiva aunque pobre, pero, al menos, se esforzaba en epatar al niño que se acercaba a la vorágine ninja de una manera que es de agradecer. Te decía: estás en una cosa más épica que la épica. Sí, hubo una época en la que los videojuegos se pensaban para niños y “jóvenes adultos”. Incluso tendríamos que dar gracias porque la mitad de esos jóvenes somos ahora los que defendemos la importancia cultural del videojuego. Tal vez porque no nos quedó más remedio. 

Aunque hay otros juegos de NES más interesantes e importantes para el mundo del videojuego (Super Mario, Metroid y Castlevania son la Odisea, la Iliada y la Gesta de Gilgamesh, sólidos como las columnas del Partenon), Ninja Gaiden nos recuerda de dónde venimos y qué mundo de ideas heredamos algunos. No te extrañes si estuviste en ese mundo y eres incapaz de aprehender el fenómeno youtuber. Nos pasa un poco a todos. Vienes de un lugar mucho más loco, en el que los ninjas peleaban con boxeadores en las calles de Chiba Night y Pinochet era el amigo de Occidente.


Aprovechando el lanzamiento de NES Mini, repasamos sus treinta juegos dando pinceladas de sus desarrollos, su repercusión y lo que podemos aprender de ellos hoy. Un nuevo artículo cada día, de lunes a domingo.

Mes Mini #19: Ninja Gaiden

  1. Furan

    Gran artículo, ninja gaiden nunca fue mi devoción pero el punto de vista desde el que lo comentas me parece acertadísimo…. Es un tema recurrente entre mi círculo de amigos, y con mi hermano, nacido ya en el 95 (yo en el 86) y que ve la década de los 80 como algo totalmente estrambótico; le sorprende ver nuestra normalidad al respecto y lo políticamente incorrecto que se era antes.

  2. Deses

    Asesinos ninja, ninjas ciegos, motoristas ninjas, monjas ninjas, niños ninja, bailarinas ninja

    Y todo esto lo he visto, por separado.
    Yo soy hijo de los 90 (aunque técnicamente…) pero también llegué a vivir mucha de esa vorágine loca y surrealista que mezclaba conceptos sin ton ni son. Y vi muchos ninjas por todas partes… empezando por las Tortugas Ninja.

    Tema aparte cada vez me queda más claro que, cada vez que quiera jugar un juego de NES, mejor que mire antes si existe versión de recreativa.

  3. Satellite of Love

    Oye, vaya titanada de artículo.

  4. Firfurcio

    […]como los San Fermines durante la Feria de Abril en la película de Tom Cruise Day & Knight.

    Tom Cruise tiene un problema gordo con la cultura ibérica… también en Mision Imposible 2 mezcló la Semana Santa con las Fallas valencianas. :pensando:

  5. Kazuo Ohno

    Este juego era el tipico que siempre ponia en la arcade esta de nintendo que iba a segundos y tenias unos 10 juegos para elegir. Playchoice se llamaban. Habia un par de ellas por el barrio.
    Lo ponía porque era tan jodido que era la única manera de jugar un rato largo con 25 ptas y porque tenia una intro totalmente genial y muy cinematográfica. Ademas no estaba en ningún videoclub cercano para alquilar. Luego veía que no avanzaba una mierda y me ponía el Contra y ya si eso el supermario3.

    Por cierto. Buen texto este de ninja gaiden.

  6. IRA

    Pedazo artículo. Me ha encantado como exploras la locura de una época en que los ninjas urbanos dándose de hostias contra boxeadores en un videojuego era algo natural.

  7. borre

    Esa mezcla entre Ninja III, lo que ocurría por los Ochenta y juntarlo con Ninja Gaidenha hecho que me estalle la cabeza.

    El primer brindis de la noche será en su honor, caballero,

  8. El Jugador Medio

    O Shinobi peleando contra Spidermans de baratillo.

  9. mio_tony

    Ya que pones el detalle, deja la banda sonora del artículo:

  10. Long Drong

    Por cierto, en los 80 decíamos ninJa con jota, q grandes

  11. Jesús Alonso Abad

    Creo que yo ya no puedo decir nada más sobre lo que este juego ha significado (y significa) para mí 🙂

  12. nekomajinz

    Que juegazo, mi primer «dark souls» y el primer juego que hizo que me quedase hasta altas horas despierto compartiendo mando con mi vecino. Quedábamos para pasarnos el juego y tras muchos turnos de pasar el mando lo conseguimos. Ya no recuerdo si fui yo o el quien hizo el boss pero vimos las jodidas cutscenes del final y esa noche dormimos felices (cada uno en su casa).
    En super nintendo sacaron la trilogia en un cartucho.

  13. SenyoretaYamabuki

    Grandioso artículo. La lagrima que recorre mí rostro es por tu culpa. Para vivir los 80 debes nacer en los 70 y esto me hace mayor.

    Soy como el abuelo de Anait.

  14. EVH

    Oye @chiconuclear

    si enseñabas una bomba nuclear era para usarla; si no, mejor no sacarla

    ¿Esto es una referencia a «Los pistoleros del eclipse» o soy yo que me estoy volviendo loco?

    Muy buen artículo como siempre, tomate.

  15. Víctor Martínez

    @evh
    No lo he escrito yo, y no he preguntado a Alberto a qué se refiere, pero estoy totalmente seguro de que sí.

  16. dagorlad

    @thebulba
    No te preocupes, yo nací durante la dictadura de Franco…

    Por cierto, lo de las bombas atómicas fue más bien en los 60 porque yo no recuerdo ni una crisis de verdad durante los 80 por el tema de las armas nucleares más allá de la polémica USA-URSS por el escudo «Guerra de la Galaxias». Y Pinochet siempre fué visto como un dictador en España (al menos desde la democracia) y en el resto del muno, otra cosa es que fuese un dictador conveniente para USA manteniendo lejos la amenaza que supuso la victoria del socialismo de Salvador Allende en los 70. Por lo demás muy buen artículo, yo que trabajé en un videoclub en mi juventud puedo asegurar que había cosas realmente bizarras como «Abraxas Guardián del Universo» (Terminator sin músculos y medio calvo), «Robovamp» (Robocop y vampiros), «Al Filo del Infierno» (cantante heavy contra el diablo)…sin entrar en Chuck Norris, Charles Bronson, Dudikoff, Chamberlain…

    Bueno, me voy a ver «Invasión USA» y quizás luego «Amanecer Rojo», unas pelis con una profundidad política como pocas…

  17. SenyoretaYamabuki

    @dagorlad

    Ya somos dos que vivimos la dictadura.

    Ouch….

  18. dagorlad

    @thebulba
    Nos veo así:

  19. zaskaraska

    Jo
    der
    Gran artículo. Da gusto leer cosas así. Enhorabuena.

  20. basilisk

    Me encantó el articulo, muy bueno. Aunque siendo unos de mis juegos preferidos, me hubiera encantado más detalles del juego (me explico, su programación, algo sobre sus creadores y otros detalles) . Pero todo bien.

  21. nelo

    Para mas referencias sobre la fiebtr ninja que asoló occidente durante esa epoca (y que comienza a finales de los 70) vease Ninja Kill y Golden Ninja, amba de Joseph p Andy Lau (no recuerdo ahora el.nombre de pila). Se recomienda alcol y compañia socarrona pars mejor disfrutarlas.

    Y si aun no han tenido bastante, ya en otra tematica Rocl n Roll nightmare/Al filo del infierno les dará la puntada final 🙂

    Gran articulo! Peace!

  22. Rocks

    Un artículo estupendo.

    Ahora que lo pienso, una buena peli de ninjas con los recursos y efectos del cine de hoy día podía petarlo muy duro. Pero ninjas-locurón estilo ochenta: bombas de humo, andar por los techos, saltar de árbol en árbol, etc…