Macbat 64 es un homenaje nostálgico al plataformeo de finales de los 90

Alguien más exagerado que yo podría decir que los juegos de plataformas en 3D a lo Mario 64 o Banjo-Kazooie están volviendo, como han vuelto los RPG o el fascismo. La nostalgia es un pulpo con mil tentáculos, y era más o menos inevitable que este reciente repunte de anhelo por el pasado nos acabara llevando a algo como Yooka-Laylee, por ejemplo. Es uno de los casos más representativos: no solo recupera el espíritu de los plataformas de Rare para Nintendo 64, sino que está desarrollado por la misma gente que sentó las bases de ese subsubgénero lleno de ruiditos, trombones y coleccionables, los tres pilares de su estilo.

Se trata, pues, de replicar ciertos elementos o la esencia, las bases, de un género que definitivamente ha vivido mejores días. Soy bastante aficionado a los juegos de plataformas y vuelvo a ellos con bastante frecuencia; en los últimos doce meses he rejugado Banjo-Kazooie, Super Mario 64 y Crash Bandicoot 3, y quizá por eso las entregas más modernas de estos juegos (de todos los colores y sabores: desde uno nuevo pero que recuerda a, hasta la nueva entrega canónica y el remaster o remake) siempre me recuerdan un poco más de la cuenta a esos vídeos de fans que llevan tal nivel conocido de un juego antiguo a la última versión de Unreal Engine. Algo falla. La imagen tiene más definición, pero algo no está en su sitio.

Por eso me resulta interesante Macbat 64, un homenaje descarado a los juegos de finales de los 90 desarrollado por el alemán Marcus Horn, alias Siactro.

El ejercicio visual es genial: en vez de buscar esa esencial del plataformeo de 1998 y crear algo actual siguiendo ese modelo ideal de Rare, Horn replica el estilo gráfico al que dieron lugar las limitaciones del hardware de la época, con sus modelos brutos, sus animaciones simples y esas texturas como pasadas por la Minipimer; incluso la relación de aspecto es un guiño consciente a los juegos en los que se basa. 

Es una decisión que no debería ser menos válida que imitar los gráficos de NES, por poner un estilo muy popular. Macbat 64 no es el único juego que adopta un estilo gráfico basto como referencia a esos tiempos pasados supuestamente mejores: el colectivo Arcane Kids es conocido precisamente por ese tratamiento irónico de la tecnología antigua para hablar sobre la actual, y de hecho la democratización de las herramientas de desarrollo nos ha bendecido con muchos juegos más cercanos a los gráficos del cambio de milenio que a los de las consolas actuales. Hace poco se relanzó Turok 2, con una remasterización que precisamente falla en casi todo lo relativo a actualizar el apartado visual, afeándolo con efectos y trucos de hoy que parecen anacrónicos en el mundo noventero de Turok.

De Macbat 64 me ha llamado la atención que es a la vez honesto e irónico: obviamente pone distancias tomándose un poco a cachondeo todo lo que hace, pero hay cariño real en cada mundo, en los diálogos, en el humor con el que Horn lanza guiños a los lugares comunes de su género. Es un juego corto y menos denso que, pongamos, Donkey Kong 64, otro de Rare en el que no faltan chismes para recolectar, y en ese sentido me podría recordar a The Artist, aunque aquí es donde más evidentes se hacen las flaquezas de la mayoría de videojuegos: el choque entre cine mudo y sonoro sirve para articular una historia que, a nivel personal, funciona porque es fácil hacer paralelismos con muchas vivencias propias, pero en Macbat 64 la gracieta se queda un poco vacía. Le falta significado. Escribo esto solo unos días después de haber jugado a Everything, así que ese hueco me resulta más pronunciado: es posible contar algo en cualquier videojuego, y Macbat 64 estaba en una posición privilegiada para mezclar forma y fondo e intentar alcanzar un espacio nuevo, pero por desgracia no lo aprovecha.

Aun así, son unas pocas horas de sedante para nostálgicos que sirven para celebrar y legitimizar la estética de 64 bits; es de los que preparan el terreno para lo que quizá está por venir, en cuanto el pixelote le pase el relevo al poligonazo. Macbat 64 se puede conseguir por 5 euros en Steam.