Broken リアリティー: explorando el vaporwave desde dentro

Hace unos meses os hablábamos de Dream Selection Menu, un ejercicio de descubrimiento musical y reflexión sobre la crítica que había elegido como estética lo que ha venido a llamarse vaporwave, una corriente artística fascinante. Se trata de una de esas formas de expresión cuyas referencias es capaz de captar una generación entera y cuyos códigos hacen referencia a pequeñas partículas visuales que todos sabríamos reconocer. Yo mismo trataba de describirlo como una «estética que parodia y homenajea el auge del consumismo, la fiebre yuppie de los ochenta, la moda de la música new age o los primeros pasos de la era de la información en los noventa. Una especie de retrofuturismo juvenil y socarrón obsesionado con la publicidad, la televisión, los videojuegos y el surrealismo más colorido y onírico; donde anuncios de Cindy Crawford bebiendo Pepsi grabados en cintas VHS gastadas y el tracking sin ajustar se dan la mano con melodías de sintetizadores, ruido de estática y psicofonías low-fi». Es la típica mierda imposible de describir con precisión pero que uno entiende al vuelo cuando la observa.

Como decía en aquel texto, la conexión entre vaporwave y videojuegos es profunda, genética, y de hecho no se entiende el movimiento sin palmeras del OutRun o intervenciones de PaRappa the Rapper. Pero sí es cierto que la relación ha sido siempre unilateral: el vapoware se ha alimentado del videojuego, pero el videojuego nunca ha tenido interés en corresponder esa atención, en interactuar con ese tipo de arte y ver qué cosas locas salen de su unión. Hay excepciones, como algunos rasgos de Hotline Miami o marcianadas adorables al estilo Mall Quest, pero no es difícil entender que, como industria, el lado mainstream del medio esté siempre buscando reformularse, remezclarse y reproducir su historia más reciente para hacer el producto más rentable. Al fin y al cabo, esto es un negocio.

Por suerte el mundo de la experimentación transmedia está más vivo que nunca, y pueden aparecer propuestas interesadas en invertir el flujo de inspiración y crear videojuegos basados en el vaporwave. Uno de nuestros lectores, Martin Romero, me ponía hace poco sobre la pista del que probablemente sea el ejemplo más interesante en este sentido: Broken リアリティー (o también Broken Reality) es la obra de Adrián de la Garza Lepe alias Galamot Shaku, un artista independiente al que le gusta, dice él mismo, «experimentar con distintos medios como el cómic, la animación el video performance en vivo y los videojuegos como medio de exploración de las múltiples manifestaciones de la condición humana».

El proyecto está enmarcado en las actividades del Taller LEIVA (Laboratorio Interdisciplinar de Experimentación e Innovación con Videojuegos y Arte Interactivo), impulsado por el Centro Multimedia del Instituto Nacional de Bellas Artes en el Distrito Federal de México, y la idea principal es sumergirnos en un mundo inmersivo basado en la estética vaporwave pero también generar un vínculo emocional fuerte con el personaje que estamos encarnando, alguien del que no tenemos referencias previas aparte de un nick: glerimos84.

Broken リアリティー toma como punto de partida dos planos de realidad separados, el espacio físico y el espacio virtual, para formar un conjunto de entornos pensados para ir desvelando datos y detalles sobre glerimos84, del que iremos hilvanando poco a poco una historia y un contexto. En su descripción del juego, que todavía está en desarrollo, Adrián parece querer dejar claro que la exploración de un mundo vaporware es solo la mitad de la experiencia, y que ese espíritu esteta y superficial del movimiento no tiene mucho que ver con el objetivo primordial de la experiencia que está diseñando, más relacionada con la pista que nos ha dado cuando hablaba de sus intereses personales: la condición humana.

«Los estados anímicos son uno de los puntos importantes a explorar», explica. «La pretensión del proyecto es poder provocarle sensaciones al usuario, tener momentos tanto cómicos e irónicos, como emotivos y de suspense. Miedo, asco, desesperación, tristeza y alegría, todo gira en torno a la exploración de las distintas manifestaciones de la condición humana y al constante replanteamiento de las múltiples capas de realidad a las que estamos expuestos día a día».

Pocas declaraciones de intenciones como esta, más vinculada a un manifiesto artístico que a la contraportada de un videojuego, se pueden encontrar en el medio. Habrá que ver si es capaz de conseguir algo tan complejo y profundo como lo que Broken リアリティー ambiciona, pero si no lo hace, al menos tenemos garantizado un maravilloso y muy necesario paseo por un parque temático vaporwave de lisérgicos cielos rosados, cabezas flotantes y alertas de Windows 95.

Broken リアリティー está todavía en desarrollo pero podéis seguir sus avances en su Tumblr, su Twitter y su Facebook.