La salchicha peleona

Análisis de Yaiba: Ninja Gaiden Z

Análisis de Yaiba: Ninja Gaiden Z

Una científica pelirroja con coletas y una talla 110 de pecho escotado es, no solamente parte esencial de la fantasía adolescente a la que apela Yaiba: Ninja Gaiden Z como espinazo creativo, sino también la única traza de Tomonobu Itagaki que uno puede encontrar en el juego. Sus Ninja Gaiden eran famosos por su dificultad, pero también por su equilibrio en el sistema de combate, por la seriedad con la que se tomaban a sí mismos y por a importancia capital del contraataque y el bloqueo, tan necesarios como los golpes. Desde que el rockero de cutis maltrecho salió por la puerta, en Team Ninja parecen abocados a una grave crisis de identidad, de no tener ni idea de qué dirección es la que deben tomar en un contexto de la industria nipona del videojuego que sufre el mismo bloqueo desde hace unos años. Con Keiji Inafune —quizá el más vehemente detractor de la metodología de trabajo de su sector— al frente del proyecto nos prometían un juego que, podría ser mejor o peor, pero al menos tendría muy claro qué quiere conseguir y cómo hacerlo. Pues tampoco.

Solo el apellido de Yaiba Kamikaze, el villano resentido protagonista, ya deja claro el espíritu del juego: es una parodia occidental de lo japonés realizada desde el propio Japón. O un intento, al menos. Imaginaos a un andaluz tratando de imitar su propio acento y entenderéis la mezcla de ternura y vergüenza ajena a la que me refiero. Los one-liners bochornosos, los chistes rebuscados y las insinuaciones sexuales no son algo que asusten a un servidor, precisamente, pero en la historia y el guion de Yaiba hay una voluntad tan desesperada, forzada y en cierto modo trágica de caernos simpáticos que uno no puede evitar ponerse nervioso mientras juega. No es el machismo o la estupidez, es el tryin’ too hard que lo envuelve todo, buscando un parecido con cosas como Far Cry 3: Blood Dragon o Lollipop Chainsaw, dos juegos que saben transmitir la sustancia del grindhouse, el cachondeo desquiciado y la serie B con naturalidad y gracia. En este caso, por contra, el resultado irrita e incomoda más de lo que hace reír.

La historia, como todas las violaciones de la figura folclórica del ninja, no hay por donde cogerla, pero sirve al propósito, a la excusa de darnos unas cuantas armas y rodearnos de zombis blanditos. Yaiba es uno de tanto escollos que el siempre fiero y noble Ryu Hayabusa tuvo que superar en alguna de sus aventuras. Y la verdad es que, por lo que vemos en la fantástica cinemática inicial, tampoco le costó mucho superarlo. Un «debí haber acabado contigo quince ninjas atrás», un «oh, mierda», unos chorros de sangre a presión y adiós. Luego viene el desmadre: una suerte de Reanimator hispano y multimillonario resucita a Yaiba convertido en un ninja ciborg con un brazo robótico y un ojo electrónico, en mitad de algún lugar de Rusia asolado por una plaga zombi donde el enloquecido antihéroe deberá abrirse paso para llegar hasta Ryu y consumar su venganza.

Análisis de Yaiba: Ninja Gaiden Z

Lo primero que uno nota en los dedos al meterle mano al Yaiba: Nina Gaiden Z es la velocidad vertiginosa a la que se suceden los distintos combos. Su apartado artístico regular pero con una técnica celshading bastante espectacular y colorida es a la vez su mayor baza visual y un elemento que potencia uno de sus problemas: la confusión. Cuesta más de lo que debería seguir con la vista a Yaiba en pleno fragor de la batalla, rodeado de docenas de muertos vivientes y medios muertos vivientes (torsos y piernas animados), desplazándose más de lo que debería al ejecutar cada combo y con un diseño de cámaras fijas que lo mismo busca ángulos radicales que te genera puntos ciegos imperdonables o se queda tan lejos de la acción que casi hay que forzar los párpados para distinguir qué sucede entre la maraña de miembros mutilados y charcos de sangre.

Análisis de Yaiba: Ninja Gaiden Z

Esa confusión acompaña al juego también en otras facetas. La curva de dificultad, por ejemplo, es una auténtica hoja de sierra, la cabrona: las matanzas multitudinarias de enemigos peón se resuelven casi sin querer, machacando botones con una mano mientras consultas Twitter en el móvil con la otra, pero hasta el más mindundi de los mid-bosses (payasos malignos, zombis punkis, novias zombi) puede destrozarte a ti y a tu espadita de mierda en cualquier momento. El motivo creo que está claro y lo he mencionado antes: el contraataque. Esos enemigos especiales parecen pedir a gritos que ejercites el contrataaque, que en la teoría funciona como en todos los Ninja Gaiden, pulsando en el momento justo de recibir una bofetada, pero en la práctica es una auténtica tortura de precisión acertar con el momento justo. Los juegos exigentes en técnica son una bendición, pero Yaiba se pasa de frenada y desequilibra su mecánica con una maniobra que es casi inviable o que, como mínimo, está muy alejada del nivel de dificultad que ofrecen el resto de ataques y movimientos. O dicho de otro modo: estamos ante un hack and slash machacabotones descerebrado al que le entra un ataque de dignidad (o de pánico escénico) con el contragolpe, quizá porque sabe de su importancia en la franquicia y teme no estar a la altura. Algo así como que en la defensa de la tesis se te olvide tu propio idioma.

Aun así, hay otros métodos para acabar con los mid-bosses, y el hecho de ingeniárselas para encontrar la forma de matarlos renunciando al contraataque aporta un tipo de diversión distinta al juego. Espadazo ligero, puñetazo fuerte y golpes con una cadena al más puro estilo God of War ofrecen combinaciones muy creativas. Al final, los combates resultan bastante satisfactorios, ganando profundidad a medida que desplegamos el árbol de progresión, que además de desbloquear nuevos combos nos permite utilizar armas de uso temporal arrancadas de los cuerpos de los zombis especiales. Y si a todo ello le sumamos un muy básico sistema elemental de fuego, electricidad y toxicidad —que producen efectos diferentes en distintos enemigos— el resultado es un sistema de combate torpe pero inmersivo que tiene su mejor versión en el último tramo, cuando la dificultad de los enfrentamientos es alta pero homogénea y sin tantos altibajos.

Análisis de Yaiba: Ninja Gaiden ZA Yaiba termina lastrándole, sobre todo lo demás, una estructura discontinua y mal diseñada que rompe por completo el ritmo y el fluir de los combates, algo esencial en este tipo de juegos. Nos limitamos a movernos de una zona delimitada a otra mediante secuencias de salto totalmente escriptadas que dejan más aún en evidencia el hecho de que no se pueda saltar en ningún otro momento del juego. Nos trasladamos de cuadrilátero en cuadrilátero, oleada, oleada, mid-boss, oleada y al siguiente, con algunos puzles intercalados para abrirnos camino que van desde lanzar a un zombi —que ni ataca ni se mueve ni se puede matar— contra un muro, hasta lanzar a un zombi —lo mismo— contra un vehículo para que lo arranque y lo estampe contra un obstáculo. Y es que un rompecabezas de mierda es más mierda si cabe cuando no hace ninguna falta.

Yaiba: Ninja Gaiden Z no es aburrido y no es un desastre absoluto, pero queda extremadamente lejos de lo que cabría esperar de un juego con las palabras «ninja» y «gaiden» en el título. Por sus venas corre sangre de hack and slash competente y hasta destacable, pero un montón de concesiones, de decisiones de diseño cuestionables, de problemas para mantener la tasa de frames por segundo y sobre todo una voluntad irracional de agradar al niñato occidental a costa de su propia salud mental le condenan a la mediocridad y al resoplido con los ojos en blanco. Quizá Yaiba Kamikaze es el antihéroe, el némesis de Ryu Hayabusa, el zumbado maligno frente al audaz salvador, pero lo que no puede faltarle es la ambición y la honestidad consigo mismo. [6]

Redactor
  1. Pep Sànchez

    Coincido. Es muy poco técnico, pero moderadamente entretenido. Aunque lo del contraataque es un error incomprensible y la cámara fastidia más de lo debido, yo lo estoy disfrutando un poco más que Ninja Gaiden 3.

    Ni uno ni el otro deben marcar el camino de la saga, evidentemente, pero creo que Yaiba se ha llevado más palos de los que merece, cuando lo del Team Ninja me parece mucho más grave. Esto, como mínimo, es lo mejor que ha hecho Spark Unlimited.

  2. METALMAN

    Esto demuestra al 100% que Itagaki era Ninja Gaiden. Yo esta saga la tengo olvidada desde el 2. Otra mierda barata y comercial que hace uso de un nombre que no merece.

    Saludos!!

  3. SuGonsis

    @metalman dijo:
    Yo esta saga la tengo olvidada desde el 2.

    Amén, exactamente igual que yo

  4. Motorhell

    Mmmm tenía esperanzas de que sorprendiera a la crítica. Aún así le daré una oportunidad. Creo que seguramente le hace mucho daño eso de llevar el nombre de Ninja Gaiden, si se hubiera llamado, que sé yo, Crazy Ninja o algo así quizás caería más en gracia.

    Pregunta clave, yo no he jugado a ningún Ninja Gaiden ¿me gustará esté? al menos en los trailers me parecía divertido.

  5. AdrianXunkeira

    ¿Soporta la comparación directa con el Ninja Gaiden de Xbox?

  6. Yipee

    Reconozco que esperaba un puntito más, pero vaya, en cualquier caso me alegro de ver que por fin alguien reconoce un poco sus méritos, aunque sean pocos y sus fallos de juego menor estén por encima. No es el juego del año ni mucho menos, pero ni de coña se merece los palos que se ha llevado hasta el momento.

  7. pua

    @metalman dijo:
    Esto demuestra al 100% que Itagaki era Ninja Gaiden. Yo esta saga la tengo olvidada desde el 2. Otra mierda barata y comercial que hace uso de un nombre que no merece.

    Saludos!!

    Se puede decir mas alto pero mas claro. Los 2 primeros Ninja Gaiden son una delicia y todo un reto.

    A este le tenia ganas, quizás algún día lo cate.

  8. Tempano

    Estoy un poco @yipee

    No dudo que sea un hermano enclenque comparado con sus hermanos más mayores, pero sí lo hago de las notas que le han cascado. Leo el texto y veo que sí, que falla en demasiadas cosas imposibles de fallar dado su género, aunque también cuenta con algunas cosiñas majas.

    Itagaki es y será Ninja Gaiden.Aa él le debo mi primer encabronamiento serio con los juegos cuando tocaba lidiar con armadillos mutantes con mala leche.

  9. Epetekaun

    @motorhell
    Yo te recomendaría que empezases con el el primer Ninja Gaiden, que hay mucho donde elegir en diferentes consolas, entre black, sigma y demás. Si la dificultad te hecha para atrás, los Sigma son más fáciles.

  10. Rai_Seiyuu

    Algo que no entiendo es por que en los anteriores Ninja Gaiden permitian escoger el doblaje japones y en este no cuando ambos doblajes estan en el disco ^^U

  11. TassaDarK

    Yo, lo mismo me apaleáis, pero igual que digo que el primer Ninja Gaiden (y especialmente el Black) son OBRAS MAESTRAS, el Ninja Gaiden 2 me pareció una mierda bastante grande en comparación.

    A ver no es que fuera malo de por sí, pero ni de coña a la altura del primero. Lo único que molaba era el tema del gore y el cabrón provocaba unas caídas de fps bestiales.

  12. Epetekaun

    @tassadark
    Hombre, el 2 no era tan bueno como el primero, ahí no creo que nadie tenga dudas. Pero aún así yo creo que el NG2 era y es un muy buen juego, mucho mejor que muchos hack n slash (aunque sin llegar al nivel de Bayonetta, cosa imposible).

  13. METALMAN

    @epetekaun dijo:
    Hombre, el 2 no era tan bueno como el primero, ahí no creo que nadie tenga dudas. Pero aún así yo creo que el NG2 era y es un muy buen juego, mucho mejor que muchos hack n slash (aunque sin llegar al nivel de Bayonetta, cosa imposible).

    Yo creo que no era tan bueno a nivel artístico y de diseño, pero jugablemente me pareció superior. Aunque bueno, supongo que será cuestión de gustos.

    A Bayonetta no puedo compararlo con Ninja Gaiden, me parecen muy distintos aun con sus parecidos, los NG me parecen más tácticos por el uso constante de la guardia, y muy diferentes por la exigencia de sus momentos «plataformeros»…lo que no quita para que considere a Bayonetta como algo simplemente único. (En cualquier caso, y puede que tengas toda la razón con lo que afirmas, creo que Ninja Gaiden Xbox si era comparable).

    Saludos!!

  14. MatyPia

    Me hubiera gustado que fuera un mejor juego este yaiba. Sin embargo no me pudo quejar de los juegos hack and slash de la anterior generación. Conversando con un colega en una oportunidad sobre este género particular, llegamos a la conclusión que el mejor exponente fue bayonetta (es una obligación impuesta decir que es el mejor).
    Ninja gaiden 2 me gusto mucho por su dificultad, en el último nivel de dificultad era todo un reto superior a todos los juegos en ese sentido. Castlevania lord of shadow me gusto mucho por la historia en sí y su gran final. Bayonetta lo considero una obra maestra indudablemente, creo que si hubiera tenido un poquito mejor historia (no lo necesita obviamente) creo que todas las mañanas en una alfombrita le brindaría mi oración rigurosa y le rendiría culto.

  15. Gatotos

    A mi me parecio un pufo desde que se anuncio, y su estilo artistico me tiraba para atras. Veo que al final no me he equivocado.

  16. Motorhell

    @epetekaun
    lo malo es que ahora mismo sólo dispongo de mi PC hehe, vendí mi consola para ahorrar para la next-gen. Sacrificios que hacen las personas sin trabajo XD

  17. Sorel

    La perdida del espíritu de la saga ya se dejó ver con Ninja Gaiden 3, no podíamos esperar nada distinto en Yaiba y creo que es un error juzgarlo intentando encontrar las diferencias con los anteriores. Que es un concepto distinto es evidente.

    Lo más preocupante es el tema del contraataque que comenta @pinjed. O haces un juego con unas mecánicas llamémosle amigables o me das algo complejo, pero nada de medias tintas. No puedo pasarme todo el juego machacando un botón para matar a los masillas y luego cambiar el chip en los bosses.