The sound of music

Análisis de Rock Band Blitz

Fijaos bien en él. Joe Rinaudo, presidente de la humilde Rinaudo Reproductions, ha conseguido a sus setenta y tantos años convertirse en un ídolo instantáneo para algunos, entre los que me incluyo, a quienes su despliegue de fascinante demencia acústica nos ha volado la cabeza. El tipo toca lo que él denomina un American Photoplayer y yo llamo «piano loco», una máquina celestial que se fabricó en los también locos años veinte para poner música y efectos a películas de cine mudo. En cosa de minuto y medio el tío activa todos los mecanismos, palanquitas, cuerdas y bocinas para componer lo que a muchos nos gustaría que fuese la banda sonora de nuestro funeral. Cuando juego a Rock Band Blitz, que parte de la misma idea —tocarlo todo—, me gusta imaginarme que soy él y que llevo esos tirantes.

A estas alturas, con la burbuja de los juegos musicales pinchada y absolutamente diluida, sacar un Rock Band 4 o un Guitar Hero 7 y vendernos la enésima hornada de cacharros de plástico devoradores de espacio no tendría ningún sentido. En Harmonix, que son perros viejos, lo saben perfectamente y, comprobada la hostia colosal de Rocksmith con su propuesta más educativa que lúdica, la misma empresa que lo empezó todo ha decidido invertir el flujo y seguir avanzando pero en dirección contraria. ¿Y qué hay al otro lado? Pues básicamente el disfrutable FreQuency y el todavía mejor Amplitude, dos títulos basados en el ritmo que se apoyaban, no solo en una buena alineación de canciones conocidas, sino también en una mecánica de juego que fuese adictiva.

Análisis de Rock Band Blitz

Eso es Rock Band Blitz, una involución en el sentido positivo. Una forma más sencilla en lo práctico, sin aspavientos ni cacharreo, y descargable en XBLA y PSN de jugar con la música del considerable catálogo de Rock Band (más de 3.000 canciones) usando el pad de toda la vida y con un objetivo no tan dependiente de tocar cada pieza con una precisión sobrehumana. Un juego musical de la vieja escuela al que, eso sí, se han añadido componentes estratégicos que hacen de la experiencia algo muy accesible para los mancos como el arribafirmante.

Así está la cosa: cada canción está dividida en tres, cuatro o cinco pistas, una para cada instrumento (batería, bajo, guitarra, voz y piano/sintetizador), con sus habituales pulsadores que sirven para marcar las notas, que a su vez descienden en dos canales para cada pista. Si uno no ha jugado al tutorial, la primera partida le puede romper por la mitad cuando vea avanzar cinco pistas ante él con cantidades obscenas de notas arrojándose impasibles hacia nosotros en una cascada de desconcierto e imposibilidad.

Tranquilos, ya lo dicen al principio: aquí lo importante es conseguir puntos, no hacerlo todo bien. La idea es que cuando acumulamos cierta cantidad de puntos en un instrumento, este avanza en un marcador de multiplicadores (x2, x3, x4, 5x, etc.), de modo que sus notas ejecutadas valen más. Si antes de alcanzar un checkpoint conseguimos hacer avanzar todos los instrumentos al menos un nivel, desbloquearemos un nivel extra (dos, si todos suben al menos dos, y así), de modo que el tope ya no estará en 5x, sino en 6x. ¿Qué se premia con esto? Pues aparte de la habilidad rítmica obvia, la capacidad de gestión: somos un hombre orquesta y cada instrumento es una mujer necesitada de cariño, así que lo importante es tenerlas a todas igual de contentas.

Supongo que por escrito esto suena complicadísimo, pero nada más lejos de la realidad. Hasta Enrique de Diego podría aprender a jugar ahora que ha desarrollado pulgares oponibles. En la práctica es muy fácil de entender y solo crece en complejidad con el siguiente pilar de su mecánica: los power ups o potenciadores. Los desbloqueamos como en cualquier juego —esto es: jugando—, acumulando puntos de reputación, y los podemos equipar antes de una canción (o nivel) gastándonos las monedas que vayamos ganando al finalizar los temas. En esencia son lo que cabría esperar: puntos extra para instrumentos determinados, bombas de un solo uso que ejecutan varias notas a la vez, la posibilidad de invitar a que un compañero nos eche un cable o mi favorito, una bola de pinball que ejecuta las notas que toca y podemos mantener sobre la pista golpeándola con el cabezal que controlamos.

Dejando de lado algunas intrusiones sociales terriblemente implementadas (en resumen: si juegas con amigos de Facebook, te forras de monedas de una forma indecente), Rock Band Blitz ofrece una experiencia equilibrada que se ajusta bien a cualquier estilo de juego y a cualquier nivel de habilidad (de hecho no hay grados de dificultad), por una vía tan simple como compensar la cojera de cada jugador ofreciendo alternativas. Esto con una guitarra de plástico en las manos no era posible y los que tenemos la coordinación de un carlino hidrocefálico, o le dedicábamos ocho horas al día, o hacíamos un ridículo espantoso en las fiestas. Se echa de menos, eso sí, un multijugador competitivo o cooperativo algo más estándar y en tiempo real que le habrían dado muchas horas más de vida.

Análisis de Rock Band Blitz

Las 25 nuevas canciones para Rock Band que vienen incluidas con Blitz también aumentan el valor de su propuesta y nos permiten mantenernos a salvo de esa tragaperras monstruosa que es su tienda de música, pero si poseéis una buena colección de temas disfrutaréis jugándolos desde una perspectiva totalmente distinta. Lo nuevo tiene un poco para todos: desde P!nk o Blink 182 hasta Quiet Riot o Iron Maiden, pasando por Kelly Clarkson o los insoportables Fallout Boy, incluyendo alguna hipsterada de Foster the People o Fun y un poquito de rock clásico con Queen o Collective Soul. Mención especial a Jungle Boogie de Kool & the Gang y Give It Away de los Red Hot Chili Peppers, un temazo divertidísimo.

Curiosamente, el hecho de controlarse con un pad normal y corriente es el factor diferencial que dividirá a defensores y detractores. En lo personal, el regreso a las convenciones del género pre-Guitar Hero me genera alivio y me reconforta; ha sido más de un lustro de de boom musical con aparatos de plástico, tan intenso que se acabó consumiendo en parte debido a sus propias limitaciones. Pero en cualquier caso, quienes se subieron a aquel carro siguen teniendo ahí material para décadas de petarlo en las cenas de empresa y nadar en admirativos chochitos como una auténtica estrella del rock después de hacerse un 100% en Through the Fire and Flames. Dejad que los demás tengamos nuestros momentos de gloria musical con Rock Band Blitz, aunque sea solos en el sofá de casa, en pijama, oliendo mal, comiendo pizza fría, bebiendo cerveza caliente y fumando colillas, que también tiene su encanto. ¡Así es la magia de la música! [8]

Redactor
  1. FuMiol

    Rocksmith, hostia colosal? En base a que?

    Pregunto desde la ignorancia.

  2. pinjed

    @fumiol

    En base a sus ventas en USA. Quizá no haya sido tan colosal, pero teniendo en cuenta lo que proponía, ha vendido mucho menos de lo esperado.

  3. nomentero

    Como complemento a la crítica, y dado que no lo leo en ningún lado, aquí va un apunte personal:

    Los temas más divertidos, retantes y memorables de Amplitude y Frequency eran los de electrónica: jungle, hip hop, big beat e IDM. Esto es así por la propia naturaleza rítmica de la electrónica en general. Por supuesto, esto no quita que había temas golosísimos de tocar que pertenecían a otros géneros, pero eran más la excepción.

    Por esto, y tras probar con bastante decepción el RB: Unplugged, y viendo los 25 temas de lanzamiento, me lo voy a pensar muy mucho.

  4. Hikaru

    Dejad que los demás tengamos nuestros momentos de gloria musical con Rock Band Blitz, aunque sea solos en el sofá de casa, en pijama, oliendo mal, comiendo pizza fría, bebiendo cerveza caliente y fumando colillas, que también tiene su encanto.

    Esto ha sido muy jarto xDDDDDDDDDDDDDDD

  5. dega

    Joe Rinaudo se esta ganando un puesto entre lo mas grandes que hay en mi lista de señores a los que imitar.

  6. rojovelasco

    Yo tengo una pregunta que no viene a cuento, pero aprovecho que esto está activo para preguntar. Tengo una guitarra de Xbox del Rock Band. Funcionará en PS3 si me pillo alguno de lso Guitar Hero/RockBand?

  7. kiantsu

    Entonces se parece bastante al Rock Band de PSP. En éste vas controlando bajo, guitarra, batería y voz; y cuando haces una racha buena en uno de esos instrumentos puedes olvidarte de él durante un rato y pasar a otro.

    Ya que lo mencionáis, al que tengo muchas ganas es al Rocksmith. Parece que sale en octubre en España, según Game.

  8. EVH

    Supongo que por escrito esto suena complicadísimo, pero nada más lejos de la realidad. Hasta Enrique de Diego podría aprender a jugar ahora que ha desarrollado pulgares oponibles.

    A sus putos pies.

  9. Marston

    que gran análisis!! y que grande el viejo chocho…

  10. Bluerg

    Ese tío lleva tirantes Y cinturón. El puto amo.

  11. WH4RXOR3

    La puta hostia de vídeo.

  12. Víctor Martínez

    @kiantsu
    27 de septiembre, de hecho. Tenemos info sobre él, muy pronto.

  13. Nisson

    lo que a muchos nos gustaría que fuese la banda sonora de nuestro funeral.

    Simply brilliant!!!

  14. kiantsu

    @chiconuclear

    Ah, ¿han cambiado la fecha oficial de lanzamiento? En Wikipedia también aparecía como 18 de octubre o algo así. Me alegro de que lo adelanten.

    Tengo curiosidad por ver cómo lo vais a analizar.

  15. Nklcete

    El video del viejete majete, espectacular! Estoy despollandome